domingo, 19 de abril de 2009

Sindicatos de Educación proponen más paros parciales en mayo, encierros y concentraciones en contra de la privatización

Los sindicatos educativos más representativos en la Comunidad de Madrid, CC.OO., UGT, CSI-CSIF Enseñanza Madrid, STEM y CSIT Unión Profesional, proponen a los trabajadores más paros parciales durante el mes de mayo y la primera semana de junio, encierros y concentraciones, en contra de la política educativa que está llevando a cabo el Gobierno de Esperanza Aguirre.

Los sindicatos educativos más representativos en la Comunidad de Madrid, CC.OO., UGT, CSI-CSIF Enseñanza Madrid, STEM y CSIT Unión Profesional, proponen a los trabajadores más paros parciales durante el mes de mayo y la primera semana de junio, encierros y concentraciones, en contra de la política educativa que está llevando a cabo el Gobierno de Esperanza Aguirre.

Así, entre las acciones de movilización, destacan los paros parciales, encierros en los centros educativos, una manifestación o concentración por la enseñanza pública en mayo y la participación en las movilizaciones ciudadanas que se celebrarán este domingo y el próximo 14 de mayo con el lema 'Frente a la crisis, más y mejor educación'.

También pondrán en marcha una campaña de recogida de adhesiones al manifiesto titulado 'Frente a la crisis, más y mejor educación' a través de la red, y mesas en los centros, así como resoluciones de los claustros y consejos escolares en apoyo a las reivindicaciones por la enseñanza pública, dirigidas a las autoridades educativas.

En la misma dirección, celebrarán asambleas de profesores en centros, distritos y localidades; asambleas informativas a las familias en coordinación con la FAPA 'Giner de los ríos', celebrarán el 'Día por la escuela pública' y una convocatoria de plenos extraordinarios en las juntas de personal para debatir la plataforma de la huelga exigiendo la presencia del director territorial de cada una de las direcciones territoriales.

Asimismo, convocarán la mesa sectorial para tratar la plataforma de las movilizaciones, solicitando la presencia de la consejera de Educación, Lucía Figar, así como de la propia presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. Los cinco sindicatos convocantes se comprometen a difundir esta propuesta en los centros educativos para que debatan, aporten y se pronuncien sobre ella.Además, señalan que se ven obligados a proponer y dejar preparadas, antes de que termine este curso, toda una serie de acciones reivindicativas para el próximo, por lo que impulsarán una consulta al profesorado a principios del mes de junio sobre el tipo de movilizaciones más adecuadas para dar continuidad al proceso durante el primer trimestre del curso próximo, si antes no se produce el inicio de negociaciones serias con la Comunidad de Madrid.

www.eleconomista.es

martes, 14 de abril de 2009

Sindicatos de Educación proponen más paros parciales en mayo, encierros y concentraciones en contra de la privatización

Los sindicatos educativos más representativos en la Comunidad de Madrid, CC.OO., UGT, CSI-CSIF Enseñanza Madrid, STEM y CSIT Unión Profesional, proponen a los trabajadores más paros parciales durante el mes de mayo y la primera semana de junio, encierros y concentraciones, en contra de la política educativa que está llevando a cabo el Gobierno de Esperanza Aguirre.

Así, entre las acciones de movilización, destacan los paros parciales, encierros en los centros educativos, una manifestación o concentración por la enseñanza pública en mayo y la participación en las movilizaciones ciudadanas que se celebrarán este domingo y el próximo 14 de mayo con el lema 'Frente a la crisis, más y mejor educación'.

También pondrán en marcha una campaña de recogida de adhesiones al manifiesto titulado 'Frente a la crisis, más y mejor educación' a través de la red, y mesas en los centros, así como resoluciones de los claustros y consejos escolares en apoyo a las reivindicaciones por la enseñanza pública, dirigidas a las autoridades educativas.

En la misma dirección, celebrarán asambleas de profesores en centros, distritos y localidades; asambleas informativas a las familias en coordinación con la FAPA 'Giner de los ríos', celebrarán el 'Día por la escuela pública' y una convocatoria de plenos extraordinarios en las juntas de personal para debatir la plataforma de la huelga exigiendo la presencia del director territorial de cada una de las direcciones territoriales.

Asimismo, convocarán la mesa sectorial para tratar la plataforma de las movilizaciones, solicitando la presencia de la consejera de Educación, Lucía Figar, así como de la propia presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. Los cinco sindicatos convocantes se comprometen a difundir esta propuesta en los centros educativos para que debatan, aporten y se pronuncien sobre ella. Además, señalan que se ven obligados a proponer y dejar preparadas, antes de que termine este curso, toda una serie de acciones reivindicativas para el próximo, por lo que impulsarán una consulta al profesorado a principios del mes de junio sobre el tipo de movilizaciones más adecuadas para dar continuidad al proceso durante el primer trimestre del curso próximo, si antes no se produce el inicio de negociaciones serias con la Comunidad de Madrid.

www.europapress.es

lunes, 13 de abril de 2009

Los jóvenes inmigrantes no llegan a la universidad

Los expertos alertan del riesgo de una sociedad de autóctonos de clase alta y mano de obra barata de origen foráneo - Reclaman nuevos sistemas de integración

Los jóvenes de origen extranjero que viven en España apenas llegan a la universidad: excluyendo a los comunitarios, suponían el 1,5% de alumnos el curso pasado. Y no parece que la cifra, que aún puede explicarse por causas demográficas (la inmigración en España es relativamente joven y el grueso de la segunda generación son niños y adolescentes) vaya a crecer en los próximos años. Los nuevos españoles están abandonando el sistema conforme acaban la educación obligatoria, y diversos expertos alertan sobre los peligros de una sociedad etnificada donde "la población autóctona, blanca, española, ocupe las posiciones altas y disponga de mano de obra barata de distintos orígenes", describe Luisa Martín Rojo, profesora de lingüística y miembro del grupo de investigación en comunicación intercultural y diversidad lingüística de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).

Un 53% de los casi 4.000 adolescentes inmigrantes radiografiados en La segunda generación en Madrid aspiraba a cursar una carrera; sólo un 23% confiaba en lograrlo, según este trabajo realizado por docentes de las universidades de Comillas, Princeton y Clemson. "¿Tienes intención de continuar tus estudios?", preguntaron otros investigadores, esta vez en Cataluña, a 1.148 alumnos de 4º de ESO. Contestó que sí el 86,6% de los de nacionalidad española y el 68,4% de los extranjeros. "El porcentaje de alumnos extranjeros mayores de 16 años que abandonan los estudios en 4º de ESO es del 13,8%, frente al 6,7% de los de nacionalidad española", anotó el informe sobre el paso a la educación posobligatoria entre los alumnos de familias inmigrantes.

La investigación, financiada por la Fundación Bofill, distinguía, por ejemplo, que los estudiantes de origen rumano presentaban los índices más altos de continuidad, a la inversa que los gambianos: sólo un 26,44% de los que participaban pasó a 1º de Bachillerato. La presencia de alumnado marroquí es de la más alta en la ESO y de la más baja en el Bachillerato; marroquíes y gambianos preferían los ciclos formativos, mientras que los "poquísimos alumnos chinos" que optaron por la posobligatoria se decantaron claramente por el Bachillerato.

El trabajo pretendía detectar la causas que llevan a seguir o a dejarlo. Se constató que la variable nacionalidad (ser español o extranjero) era relevante, así como la formación de los padres (sobre todo de la madre, cuya tendencia general en todas las nacionalidades era que tuviera "un perfil formativo claramente inferior al de su marido"). Sólo un 6% de progenitores inmigrantes encuestados se habían quedado en la primaria y, en nacionalidades como la rumana, al menos un miembro de la familia presentaba frecuentemente un nivel de estudios alto. Sin embargo, la mayoría desempeñaba trabajos poco cualificados. No aparecían como relevantes otros factores como el género: las diferencias se refieren a la preferencia por el Bachillerato o los ciclos formativos, no a la opción de seguir o dejarlo. El contexto socioeconómico y cultural pesa en la decisión de continuar pero también, y mucho, el centro educativo. Y los centros tienden a derivar a sus jóvenes de origen extranjero a educación compensatoria, a grupos de diversificación, a programas de garantía social, a aulas de compensación educativa para alumnos que corren el riesgo de completar la educación obligatoria sin la titulación básica. Así lo detecta, al menos, el proyecto La segregación étnica en la educación secundaria de la ciudad de Madrid, que está desarrollando un equipo interdisciplinar de docentes de la Autónoma y la Complutense de Madrid. "Los programas de compensación educativa, que excluyen del sistema y alejan de la formación superior, no van, en principio, orientados a ningún grupo étnico, pero en la práctica están etnificados", dice David Poveda, uno de los docentes.

El trabajo se basa en los datos de 30 institutos públicos y concertados madrileños, de los que 14 informaron sobre los estudiantes con trayectorias escolares difíciles derivados a programas de garantía social y a aulas de compensación educativa. Los chavales de origen inmigrante representaban un 23% del alumnado de ESO de esos 14 centros, y el 48% de los derivados a compensatoria. "Una clara sobrerrepresentación", concluyen las investigaciones, según las cuales, los concertados prefieren eviarles a uno público. "Es lo que algunos orientadores consultados sugieren que puede estar ocurriendo: comienzan en un concertado donde no tienen éxito, son derivados a un público donde tampoco logran superar las demandas y terminan en un programa no académico de iniciación profesional externo a la ESO". En todo caso, empiece en la pública o en la concertada, los datos dejan claro que el alumnado de origen inmigrante tiene más papeletas de experimentar este proceso.

"En España no ha existido un debate profundo sobre qué modelo de integración queremos. Al no haber un marco legal general, se ha producido desorientación y contradicciones. Hemos incorporado un discurso intercultural, que dice considerar la diversidad como riqueza, pero aplicamos medidas y modelos populares en Estados Unidos en los años setenta, que la tratan como un déficit a eliminar", afirma Martín Rojo.

"Se está produciendo una masificación de alumnado de origen extranjero en determinados centros públicos, y faltan recursos; el sistema no se adecua a la realidad, se queda cojo en la acogida a niños de otros sistemas educativos que no son peores, simplemente diferentes; existe frustración entre un profesorado que se ve desbordado por la situación, y frustración también por parte del alumno que se enfrenta a un sistema educativo desconocido", enumera María Pilar García, coordinadora del proyecto SERJOVEN. Este es un servicio de la Red de Mediación Intercultural La Caixa, que desarrolla el Instituto Universitario de Investigación sobre Migraciones, Etnicidad y Desarrollo Social de la UAM.

Los investigadores consultados coinciden en que las familias migrantes creen en el sistema educativo español, lo ven como una oportunidad y quieren que sus hijos estudien. Y que si empiezan a desconfiar, pueden adoptar una actitud negativa, y eso puede derivar en rebeldía y conflictos. En palabras de Martín Rojo, "superamos el reto de incluir a distintas clases sociales y a los dos géneros por igual en el sistema educativo, y ahora nos enfrentamos a otro: incorporar a los descendientes de migrantes. Entonces fue necesario cambiar políticas, programas, contenidos, formar profesores. Ahora el esfuerzo debería ser equiparable".

"Me hubiera gustado ser abogada"

"Mis profesores no me entienden". "No entiendo a mis profesores". "Mis profesores no esperan nada de mí". Es lo que cuentan estudiantes procedentes de otros países a la profesora Luisa Martín Rojo, del grupo de investigación en comunicación intercultural y diversidad lingüística de la Autónoma de Madrid. "El principal problema es que las expectativas son bajas, y eso afecta tanto a la trayectoria de los alumnos, como a la imagen que se tiene de ellos, como a la forma de dar clase".

Así se explican casos como la alumna marroquí, brillante en su país, educada en un colegio bilingüe árabe-francés, que llegó a España hace dos años, pasó a un aula de enlace que la dejó al margen de la vida normal de su instituto público, y ha terminado, a los 16, en un grupo de diversificación curricular cuyo fin es conseguir el graduado en ESO, sin mayores expectativas, aunque en algunos casos los chavales consiguen continuar. Cuando se le pregunta qué le gustaría ser de mayor, responde: "Me hubiera gustado ser abogada, pero aquí ya no es posible". Y llora.

Martín Rojo no comprende por qué esta chica no entró en un instituto con sección bilingüe francés-español, donde sus conocimientos se hubieran visto reconocidos; y se plantea cómo es posible que alguien de 16 años puede tener tan claro cuál no será su futuro en una escuela pública en teoría inclusiva y comprensiva, que ofrece las mismas oportunidades para todos.

Las aulas de enlace (o puente, o de adaptación lingüística, la nomenclatura varía según la comunidad autónoma), pese a ser un buen recurso, no están funcionando. A esta conclusión llega Pilar García, coordinadora del proyecto SERJOVEN (un servicio de la Red de Mediación Intercultural La Caixa), argumentando que "no se dotan de los recursos suficientes". Martín Rojo, está de acuerdo, y añade: "No incorporan los nuevos métodos de enseñanza de lenguas ni el aprendizaje integrado de contenidos. La formación de los profesores no es suficiente; serían necesarios una persona con experiencia en la enseñanza de lenguas y un profesor del currículo trabajando conjuntamente".


Fuente: www.elpaís.es

martes, 7 de abril de 2009

LA CLASE PERDEDORA

Los alumnos de padres sin estudios tienen 20 veces más riesgo de fracaso - La educación no consigue eliminar las diferencias sociales

Imaginemos el sistema educativo como una larga de carrera de obstáculos. Lo primero que salta a la vista es el alto grado de abandonos prematuros y de participantes descalificados por no haber cubierto la distancia mínima en el plazo establecido. Lo segundo que llama la atención es la extracción social de los que se quedan por el camino, ya en los primeros tramos, y cargan con los sambenitos estigmatizadores del "fracasado escolar" y de "repetidor". Quítese de la cabeza la convicción de que la escuela es, por excelencia, el espacio natural de la igualdad de oportunidades que consagra la Constitución. Hágase a la idea de que, pese a los buenos propósitos, el éxito académico no depende exclusivamente del esfuerzo y de la capacidad personal de su hijo.

¿Cómo se explica, si no, que los perdedores pertenezcan de forma tan abrumadoramente mayoritaria a las familias de rentas más bajas? Por muchos casos de hermanos con rendimientos académicos dispares que se den, el análisis del problema establece que no estamos ante cuestiones personales. No es cierto que los alumnos partan de la línea de salida en condiciones idénticas y con competencias similares. Las diferencias están ya presentes en el kilómetro cero porque a la hora de matricularles por primera vez ya hay niños a los que se les ha inculcado el amor por la lectura y el conocimiento y otros a los que no. Por lo mismo, hay padres que acompañarán los estudios de sus hijos y velarán para que adquieran la mejor formación y otros que se inhibirán de esa tarea.

España partía hace sólo tres décadas de una situación muy alejada de los países desarrollados, también educativamente hablando, pero ha conseguido en ese tiempo ampliar la escolarización obligatoria hasta los 16 años, con uno de los sistemas educativos más equitativos de la OCDE, según el Informe Pisa -que evalúa el nivel de conocimientos de los jóvenes de 15 años de 55 países del mundo. El informe dice que si se eliminan los condicionantes socioeconómicos y culturales de los alumnos, las escuelas españolas públicas, privadas y concertadas dan unos resultados muy similares entre sí. Sin embargo, ese contexto sigue pesando enormemente. Los hijos de los trabajadores no cualificados tienen 4,5 veces menos de probabilidades de acceder al ámbito universitario que los vástagos de los profesionales de alto nivel. Sólo un tercio de los de familias obreras o de asalariados del campo cursará el Bachillerato y de ellos únicamente la mitad llegará a la universidad. Si usted no tiene estudios, le conviene saber que su chico cuenta con 20 veces más de posibilidades de incurrir en el fracaso escolar que el hijo de padres universitarios; exactamente, el 40% contra el 2%, según el estudio recientemente publicado por el profesor de Sociología de la Universidad de La Laguna, José Saturnino Martínez.

El sistema educativo es una maquinaria de reproducción de las desigualdades socioeconómicas, aunque en el caso de los alumnos particularmente brillantes y trabajadores deje márgenes de maniobra para "la movilidad de clase" y haya acompañado la irrupción de las mujeres, cuyo rendimiento es muy superior.

Gracias a las becas, siguen dándose ejemplos de alumnos de familias de rentas muy bajas que acaban una y hasta dos carreras universitarias. Pero no dejan de ser una notable excepción en un modelo en el que el capital cultural y económico condiciona fuertemente el rendimiento escolar y el estatus social. Es lo que las estadísticas llevan voceando tercamente sin que ese debate llegue a prender en la opinión pública. Y eso, que, como han puesto de relieve los economistas Jorge Calero y Josep-Oriol Escardíbul, la educación determina cada vez más la posición laboral y las trayectorias vitales de las personas.

"La extensión de la escolarización y la evidencia de que, por lo general, los hijos superan el nivel de conocimiento de sus padres contribuye a ocultar que las desigualdades relativas se mantienen más bien constantes para los chicos, aunque hayan disminuido entre las mujeres", opina José Saturnino Martínez.

Pero las estadísticas hablan de un problema colectivo que, además de socavar la equidad y la justicia, compromete el futuro del país arrojando al mercado de trabajo a masas de jóvenes poco cualificados para afrontar la "sociedad del conocimiento". Ahora vemos en las colas del paro a esos chicos que, sobre todo en el Sur y el Levante español, abandonaron prematuramente sus estudios tras el reclamo de un buen salario en la construcción o la hostelería.

Sólo el 68% de los jóvenes españoles cursa los estudios secundarios postobligatorios del bachillerato y los Ciclos Formativos de Grado Medio, frente al 81% medio del conjunto de la OCDE. Ese dato nos sitúa a la cola de Europa, únicamente por encima de Portugal y Malta, en un momento en el que la UE aspira a que el 85% de los jóvenes menores de 22 años hayan "completado" los estudios de Enseñanza Secundaria Superior en 2010. A ese "cuello de botella" en el sistema hay que sumar una tasa de fracaso escolar del 30,8%, el doble de la media de la UE-27. "El sistema reproduce la estructura social de España. Las familias de rentas altas envían a sus hijos a las escuelas privadas, en su mayoría, regidas por la Iglesia católica, mientras que las familias de rentas medias y bajas los envían a escuelas públicas, donde se concentran los hijos de los inmigrantes. Esta polarización por clase social caracteriza el sistema escolar en España", afirma Viçenc Navarro, economista y politólogo.

De hecho, las diferencias de rendimiento escolar registradas en el Informe PISA se explican básicamente por el nivel social, tanto de los padres como de los centros. Los investigadores han llegado a la conclusión de que la variabilidad observada entre centros educativos en las pruebas de lectura está asociada en un 50% a las características del estudiante, muy particularmente, al estatus socioeconómico de su familia y también al sexo, la edad y la condición o no de inmigrante. Las características del centro influirían en los resultados en un 16%, mientras que la naturaleza competitiva o cooperativa de los métodos didácticos, los medios materiales y el tipo de gestión no superarían el 6%. Descubrir que los elementos determinantes del rendimiento escolar son, en gran medida, ajenos al sistema ha sido una gran sorpresa para muchos teóricos que fían todas las soluciones a las reformas políticas o al incremento de la financiación.

No es un secreto que los alumnos de los colegios privados (independientes y concertados) obtienen, por lo general, mejores promedios que los de las escuelas públicas, aunque tampoco es evidente que esos resultados reflejen mejoras educativas. "Los centros privados pueden conseguir un mejor clima escolar por la vía de concentrar alumnos de características parecidas, pero el rendimiento académico de los adolescentes de los centros públicos sería, incluso, superior si se descontaran los factores socioeconómicos", sostienen Calero y Escardíbul. Así, la supuesta "calidad" educativa de esos centros no sería otra cosa que la "calidad" cultural y económica de los padres que llevan a sus hijos a esos colegios.

La mayoría de los expertos opina que el nivel cultural de los padres pesa más que sus recursos económicos. Queda fuera de toda duda que el sistema muestra una enorme resistencia a ser modificado. "La segregación urbana produce segregación escolar porque los centros privados están ubicados generalmente en áreas de población de nivel socioeconómico elevado y, por lo tanto, tienen mayores probabilidades de matricular a usuarios de ese nivel", indica Escardíbul. Las familias con más recursos seleccionan con mayor cuidado el centro escolar de sus hijos. Jorge Calero y otros estudiosos ponen el acento en lo que denominan el "efecto suelo", según el cual, el temor a perder posición social y la preocupación por la formación aumentan a medida en que se asciende de clase. Por lo mismo, y a la inversa, las familias de rentas más pobres tendrían menos inquietudes de esa naturaleza por la imposibilidad misma de descender en la escala social. Según esta teoría, la actitud de los padres ante la educación estaría, pues, condicionada por el análisis coste-beneficio. Las familias de menores rentas tienen mucho más en cuenta los ingresos que se dejan de percibir por aplazar la entrada en el mercado de trabajo.

¿Es exagerado afirmar que en la medida de sus recursos, las familias "compran" el nivel social, económico y de formación de los compañeros de colegio y potenciales amigos de sus hijos? Los centros privados tienden a seleccionar a sus alumnos-usuarios y a blindarse contra los estudiantes problemáticos. De alguna manera, la particularidad de su oferta descansa, precisamente, en su capacidad de seleccionar a sus estudiantes. Y eso que en el plano académico y de la disciplina no se puede homogeneizar bajo la misma mirada prejuiciosa a todos los hijos de la inmigración. "Me gustaría tener más inmigrantes en mi clase, pero siempre que sean chinos", apunta, con un punto de humor, una profesora de un centro público de Madrid.

Aunque, según algunos teóricos, la financiación pública adicional a los centros privados apenas mejora los resultados educativos, no se puede negar que, desde el punto de vista de los intereses particulares, optar por la enseñanza privada en España es una buena inversión. Puede, incluso, decirse que es tan buen negocio privado como mal negocio para el conjunto de la sociedad. La huida de la escuela pública que las clases medias iniciaron a mediados de los noventa no se ha detenido. El número de estudiantes de las universidades privadas pasó de 58.875 a 132.794 durante los años 1995- 2003, periodo en el que la enseñanza pública superior descendió de 1.449.967 a 1.349.248 alumnos. Contra lo que se supone, la incorporación de los hijos de inmigrantes sin formación no repercute negativamente en el rendimiento escolar medio si son menos del 10% de la clase.

"Ningún otro país europeo presenta porcentajes tan altos de población en la enseñanza privada, que genera un gasto superior por alumno. En España, la escuela es clasista en lugar de ser una institución multiclasista donde cristalice el concepto de ciudadanía", critica Vincenç Navarro. Los estudios de la OCDE ponen de manifiesto el elevado peso proporcional del gasto privado español en educación, -0,5% del PIB en 2002, el más elevado de la UE a 15 -, en un país que invierte en enseñanza -4,3% del PIB en 2002- un punto menos de su PIB que los socios europeos.

En el extremo opuesto, los hijos de familias que responden a los indicativos de una madre inmigrante de cuello azul (trabajadora no cualificada) con menos de 100 libros en casa, aparecen potencialmente abocados al fracaso.

Remover las desigualdades sociales requiere que la educación sea lo más independiente posible de las condiciones socioeconómicas de los alumnos. "Habría que invertir justamente la situación actual para que la igualdad formal de oportunidades se convierta en igualdad real de oportunidades. Hay que impedir que las desigualdades de origen colonicen el sistema", subraya Jorge Calero. Según Escardíbul, la proclamada igualdad de oportunidades se resiente también porque la reserva de plazas limita la posibilidad de que los alumnos de incorporación tardía, inmigrantes, por lo general, entren en un centro concertado. La capacidad de recabar recursos económicos de las familias y de seleccionar a los alumnos de Bachillerato en función de sus notas constituye, a su juicio, otro obstáculo adicional.

"Aunque las becas y los programas de educación compensatoria cumplen una función notable, el sistema sigue siendo bastante selectivo en el acceso a los centros concertados y actúa insuficientemente en las aulas para corregir las desigualdades sociales. Las Administraciones deberían tener en cuenta que ubicar las escuelas en tal o cual zona contribuye a reducir o a incrementar la segregación", indica. El incremento de las becas y la inversión, la evaluación pública de los resultados de cada centro y la promoción del consumo familiar de bienes culturales son otras de sus propuestas.

Pero el obstáculo mayor que lastra el objetivo de la igualdad de oportunidades es el bajo nivel educativo de los padres. Aunque España es el cuarto país del mundo con mayor diferencia de nivel educativo entre la generación de los padres y la de los hijos, este despegue no le ha liberado todavía del peso inerte del pasado. El grado de formación de los padres que en 2004 tenían hijos de 17 o 18 años era el más bajo de la UE, excepción hecha de Portugal.

Los déficits académicos de los alumnos son, en buena medida, fruto de las carencias culturales de la propia sociedad. Tenemos la paradoja de que el fracaso y la repetición de curso son moneda corriente, incluso en comunidades como La Rioja o Castilla y León que, por sí mismas, podrían disputar a Finlandia y a Corea del Sur los primeros puestos de la excelencia en el Informe PISA. La tardía expansión de nuestro sistema académico hace que los escolares paguen hoy el retraso acumulado a lo largo de décadas.

Fuente: www.elpaís.es